EL FUTURO ES MÁS DIGITAL QUE NUNCA
Desde hace más de una década se escucha que la transformación digital es un paso que toda compañía debe dar en pos de acelerar su crecimiento. Si antes parecía necesario, por el potencial que representa, hoy se ha convertido en una obligación.
La transformación digital conlleva, a grandes rasgos, la digitalización de un modelo de negocio y hasta la reinvención de una empresa. Pero más allá de las inversiones que puedan realizarse en infraestructura tecnológica, equipos de trabajo o redes de conexión de alta velocidad, la transformación sólo podrá ocurrir cuando toda la organización incorpore la tecnología en su rutina, en su cultura.
Hablar de transformación digital es hablar de la integración de la tecnología en todas las áreas de una organización, de cambiar la forma en la que las empresas gestionan sus procesos y de una nueva mentalidad y filosofía.
Según un informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en los países de la OCDE, un incremento del 1% en la intensidad de digitalización del país supone un aumento del PIB per cápita de un 0,14%. Además, de acuerdo con diversos estudios, la generalización de la digitalización tendría importantes efectos en la productividad, el crecimiento y la creación de empleo, así como en las mejoras de bienestar y de acceso a productos y servicios.
España Digital 2025 tiene como prioridad que la transformación digital sirva como instrumento de vertebración económica, social y territorial. Esta hoja de ruta nos marca un camino en el que la digitalización es la palanca para asegurar una economía más resiliente y una sociedad más sostenible e inclusiva.
“A través de los Fondos Europeos de Recuperación y el Plan España Digital 2025, se sientan las bases para generar un avance en la digitalización de nuestra sociedad y economía”